Mermelada de tomate


Si sois de los que os da un poco de reparo eso de mezclar dulce con salado, os diremos que lo bueno de esta mermelada es que no solo se la podéis poner a las tostadas del desayuno, sino que también la podéis usar de acompañamiento con quesos carnes porque no es muy dulce pero tampoco sabe a salsa de tomate. Tiene un sabor delicado que a nosotras nos ha cautivado desde que la probamos por primera vez.

¿Qué necesito?

1/2 kilo de tomates
1/2 kilo de azúcar
1 cucharada de zumo de limón
1 gota de esencia de vainilla 

¿Cómo lo hago?

Primero escaldamos los tomates para quitarles la piel con facilidad. Nosotras la hacemos con pepitas pero si no queréis encontrároslas, debéis quitárselas también, lo que es bastante trabajoso (en este caso debéis tener cuidado de no dejar sin pulpa el tomate).
Los pelamos y cortamos en trocitos pequeños y los ponemos en una tartera. Encima del tomate ponemos el azúcar, el zumo de limón y la vainilla.


Dejamos hervir a fuego medio durante media hora y desespumamos al final.
Batimos y la colocamos en los botes. Cuando esté fría la metemos en la nevera o en el congelador si no la vamos a consumir en el momento.

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